El Edificio


Escrito por: Ariel Ordaude en MyBlog en Abr 10, 2011

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El Edificio

Había sido construido en el final de la dictadura, muy publicitado por la “prensa embutida”(1) de la época y en realidad, poseía escaso atractivo. Como toda dictadura que llega a su final, tampoco ésta manejó suficiente presupuesto para grandes inversiones y ahora podían verse en las paredes grises, contrastando con el celeste cielo, algunas grietas oscuras causadas tal vez por el uso de hormigón defectuoso, más que por el transcurso de los años.

El interior, de planta rectangular y con pocas divisiones, había sido repartido en oficinas, utilizando para separarlas otros materiales más livianos.

De todas maneras, aún hoy, El Edificio se ve bastante imponente, rodeado de un jardín
más parecido a una plaza, bastante concurrido como espacio verde y desahogo
de una ciudad agitada, llena de ruido pero en la que sus pobladores
encuentran un momento de sosiego, descansando en espacios como éste.


Pese a todo esto no se diferencia de otros similares, hermanos en desgracia,
construidos en la misma época.
Es el fantasma que lo habita, el que hace la diferencia, porque así lo aseguran
aquellos que desempeñan tareas administrativas allí, cuando regresó la
democracia o eran guardias en la puerta de acceso o cumplían un contrato con
alguna de las sucesivas administraciones, luego que se marcharon los de la
dictadura. ¿Quién será este fantasma, en el caso de tener alguna
personalidad?


Quizás se tratará de un fenómeno energético, algo así cómo un campo electromagnético
que produzca una visión irreal... pero quienes vieron al fantasma,
aseguran que no es eso, que se trata de una persona o al menos, de su
espíritu en pena, que recorre las oficinas cuando cae la noche y han sido
abandonadas por la casi totalidad de los empleados de la administración.


Otros recuerdan al Sr. Octogenario que falleció mientras realizaba un trámite,
hace 20 o 30 años. Al parecer, ninguna ventanilla a la que acudía podía
resolver su trámite, a pesar de que en todas se le exigía el pago de timbres,
numerosos documentos y mucho más tarde, que regresara la semana
siguiente... el pobre hombre un día de aquellos colapsó y sufrió un paro
cardíaco, tras subir por las escaleras varios pisos, ya que el ascensor no
funcionaba por estar en huelga los ascensoristas... reclamando mejores
salarios, una jornada más corta y la posibilidad de acceder al Club de los
Administrativos, con plenos derechos.


Eso ocurrió una fría tarde de agosto, (2) mientras se ocultaba el sol. El anciano
dejó este valle de lágrimas, para unirse... a quién sabe qué recóndita
dimensión en la que se liberaría finalmente de todo trámite o por el contrario,
acudiría presuroso a formarse en una fila para realizar uno nuevo, solicitado
por el gobierno de aquel lugar.


Pero no.
Éste fantasma no caminaba con dificultad ni parecía agotado tras meses de
cargar un trámite inconcluso para siempre. Por el contrario, quienes se habían
topado con él en algún recóndito pasillo o depósito atestado, luego de
recobrarse del susto, relataban que era un alma de mediana edad, ya que no
de la Edad Media, a pesar de estar recorriendo sin detenerse, la enorme y
agotadora edificación por más de cuarenta años. Porque las primeras
menciones de su aparición, eran de los años en que muchos entraban en El
Edificio, pero no todos eran vistos abandonándolo tranquilamente. Sin
embargo, no era un lugar de tortura que para eso disponían de otros edificios o
casas, no tan enormes, situados en barrios de la periferia, en donde eran
menos localizables y su perfil, menos notorio. Sin embargo, hay quienes
aseguran que los prisioneros eran llevados allá para ser “entrevistados” por
“las más altas autoridades”, quienes solían liberarlos... casi siempre.


                               *                                   *                                      *


Personalmente, estoy convencido que el fantasma que habita El Edificio, es un
empleado que supo cómo pasárselas sin trabajar. El acude a su tarea, marca la
entrada, pero se pierde en algún laberinto de pasillos que conducen a
depósitos abarrotados de computadoras que no funcionan, impresoras
desaliñadas o con piezas faltantes, percheros quebrados, escritorios con una o
dos patas menos, porta retratos con la imagen del Hermano Mayor, compra
hecha antaño, en fin, todo el galimatías que una ofimática intensa pueda
ofrecer, cuando los esfuerzos de los profesionales del teclado por cumplir
tareas administrativas, buscan maneras diferentes para llegar a casi los
mismos resultados.


Una vez allá, nuestro personaje estrella se tumbará a dormir sin más y si lo
despierta el ruido de alguna posible inspección o el paso presuroso de otro
empleado indiscreto, correrá a esconderse tras los muebles, abundantes allí.
A la hora de finalizar las tareas, saldrá maquillado como fantasma, cuando la
oscuridad es suficiente. Si se cruza con alguien, el ambiente difuso, el
maquillaje y el miedo, harán un gran fantasma de aquel sencillo administrador
omiso, a quién nadie conoce, porque así lo desea él, desde su ingreso.


Es más, un amigo que ha estudiado este asunto, está dispuesto a sostener que
serían varios los fantasmas, quienes formarían un grupo llamado Comunidad
de Administrativos que Descansan en Depósitos y Sótanos, cuya sigla es
CADDS.

Al parecer, éstos también estarían en contacto con Nibirianos y otros
ET, quienes les suministrarían información sobre diciembre de 2012 y hasta los
librarían de ser hallados durante sus largas jornadas de ocio total. No sé si mi
amigo estará acertado en sus afirmaciones, pero creo algo de todo esto.


¿La razón de mi creencia? -¡Mi amigo hizo un curso de administrador e ingresó
en El Edificio! Esto ocurrió hace seis meses y desde entonces, jamás lo pude
hallar cuando me tocó hacer un trámite en aquel lugar. Por supuesto que ya
creo en fantasmas... y que los ET son quienes en realidad administran.


Por: Eduardo Leira


(1) (N. del A.) Llámase “prensa embutida” al grupo de medios que apoyan todo
lo que venga desde los grupos de poder firmemente asentados, ya que temen
se les cierre el acceso a noticias desde esas fuentes. Entonces justifican con
sus notas, todo lo realizado desde el poder, sin importar las consecuencias.


(2)(N. del A.) La nuestra es la capital más austral del mundo. Pese a esto el
clima es benigno en las otras estaciones, el invierno ocurre entre junio y
setiembre.