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EL TESORO ESCONDIDO
En una familia muy modesta, había un joven muy guapo y valiente llamado Bartolean, que decidió irse de su casa a rodar el mundo (por aquellos días, los jóvenes y los niños; acostumbraban irse de la casa, después de cierta edad, -a rodar el mundo; que es como decir ahora: ir a otro lado, -a buscar trabajo; o, ir; -a buscarse la vida).
Bartolean se le acercó a su padre y le dijo: -padre; -dame tu bendición; porque me quiero ir a rodar el mundo. Entonces el padre le dijo: te doy mi bendición, hijo mío; y vé, con Dios y con suerte; a buscar tu destino, en otros pueblos, en otros reinos o en los caminos; pero no olvides volver a tu casa, si te va mal. Lleva mi bendición y este consejo:"no juzgues a nadie sin conocerlo", ”-porque, con la vara que tu midas, - serás medido".
Luego fue donde su madre; también a pedirle su bendición, y al encontrarla, se le acercó y le dijo: -madre¡, -dame tu bendición porque quiero irme a rodar el mundo. La madre lo miró dulcemente a los ojos, y le dijo: -¡hijo mío!, que grande estas, como has crecido; pero para lo que te atreves a emprender...hoy, -aún eres un niño. Pero, -yo te bendigo, y le pediré a Dios en mis oraciones para que cuide de ti. Solo te daré un consejo:"Haz bien, y no mires a quien; ni jamás, -devuelvas mal por bien".
Dicho esto, la madre le preparó un poco de comida para el camino, y le entregó una bolsa con provisiones; luego, lo acompaño y lo despidió desde el portal; lo abrazó, lo besó y le dijo -adiós, ¡hijo mío!... Y, después, levantando las manos; ambos se siguieron despidiendo, -mientras Bartolean, se alejaba de allí. Así, fue; como emprendió su camino, y se alejó de su casa apresurada-mente. Caminó, caminó y caminó..., durante horas...y horas. Pasando por ríos, arroyos y quebradas; e internándose cada vez más, en lo más profundo del bosque.
Pero, cuando estaba llegando la noche; Bartolean, empezó a buscar un refugio, para pasar la noche, y para evitar un ataque, de algún depredador nocturno; y, por el peligro que significan los animales y las alimañas; pero como no encontraba, nada apropiado; decidió pasar la noche, arriba de un árbol; y buscando y buscando; uno, en el camino. Encontró un frondoso y hermoso árbol; en medio de un claro del bosque; se acomodó en la copa del árbol; y se amarró para no caerse. Luego, se durmió profundamente, por el cansancio y por el silencio de la noche. Pero cuando estaba, en su mejor sueño; lo despertó el murmullo y los gritos de gente, que parecía: -que llegaban de todos lados. n silencio vio, como unos hombres, raros, (por sus rasgos de animales y con cola); se acomodaban por debajo de él. Y; -él, que desde allí los distingue; medio escondido, para que no lo vean (porque la media luna alumbraba muy tenuemente). Veía, como se acomodaban y sentaban en medio de aquel claro; y también, podía escuchar y entender, todo lo que charlaban o decían. sí fue, como se enteró, que todos eran diablos, en comisión; y que cada uno, se especializaba en hacer algún tipo de maldad; además, eran conocedores de la gente, de su problemas y de sus necesidades; lo que se notaba, -cuando decían: -que disfrutaban de ello; porque ellos, se encargaban de ponerle más obstáculos. Todos los diablos, charlaban y reían entusiasmadamente, esa noche; mientras bebían alguna bebida desconocida, que ellos habían traído consigo mismo; ¡cuando de pronto!- : -llegó un diablo muy especial; un diablo, flaco y alto, con barbas; y con unas patas que parecían de carnero.
Todos los presentes, se pararon y lo saludaron; por lo que a él, le pareció; que este era el jefe. Así, lo comprobó, porque éste diablo, empezó inmediatamente, a pasar revista, a todos los presentes; y ha preguntarle, a todos y a cada uno; de sus acciones de maldad, y de pedirles, que las describan; y después, escucharlos relatar, a todos: uno por uno; sobre las acciones de maldad, que habían hecho, ese día. Y así, fue, como él, pudo escuchar; contar, a todos ellos, su historia diabólica del día; y hubo algunas que llegaron a interesarle.
Un diablo, medio petiso y panzón y con cara de sapo y ojos de víbora, dijo: -yo, he colocado en el pozo de agua, del pueblo -del Rey Secaron; del reino del Oeste; un sapo gigante que se bebe toda el agua, del único pozo que tiene el pueblo, y todos sus vasallos están muriendo de sed; y que sólo, pueden curar el pozo, si consiguen matar al sapo; pero para ello necesitarían un poco de la corteza de este árbol para ponerla en el agua del pozo; y el sapo se moriría inmediata-mente; pero como ellos no lo saben; están sufriendo de sed, y van a sufrir hasta morir. ¡Bravo!, ¡bravo!...dijeron todos; -¡que bien!, -¡que bien!.
Entonces... otro diablo...muy flaco y con cara de lombriz, les dice: -yo dejé ciego al Rey Nubarrón; que es el rey del reino del Sur; cuando le rocié en los ojos un poco de polvo, -de abrojos venenosos; y sólo se curará, si se lava los ojos con las agua de una infusión hecha con las hojas de este árbol; de lo contrario quedará así para siempre; y el pueblo sufrirá porque lo quiere, -¡que bien!, -¡que bien!...le gritaron todos. uego, otro diablo, con cara de culebra y voz de trueno les dijo: yo volví loco, al Rey Astorís, del reino del naciente; cuando le hice escuchar mis melodías satánicas y le llenaba el castillo de ratas y cucarachas; y sólo se curará si bebe un poco del jugo de la raíz de este árbol; e lo contrario, morirá en poco tiempo: y su pueblo sufrirá por ello....¡bravo! -dijeron todos, -¡que bien!, -¡que bien!.Yo, dijo inmediatamente; otro diablo con cara de lechuza y ojos encendidos, -como brasas; dejé paralítica a la hija del Rey Peniades, del reino del norte, cuando le hice oler el perfume de la orquídea negra; y sólo se curará si huele un poco del polen de las flores de este árbol; -¡que bien!, -¡que bien!, gritaron todos.
Luego, cuando amanecía; todos los diablos empezaron a irse, de aquel lugar, hacia sus respectivos territorios; y pronto, Bartolean quedó solo, y pudo bajarse del árbol y emprender su camino apresuradamente; pero sin olvidar, ningún detalle de aquella reunión nocturna; y sabiendo que hacer; ahora, que la suerte le había brindado la posibilidad de ayudar a mucha gente. No, sin antes, llevar un poco de corteza, de hojas, de raíz y de polen del árbol Mályumalo. Así, qué; lo primero que se le ocurrió fue; ir hacia el reino que estaba muriendo de sed; y al llegar al mismo, se detuvo a escuchar el bando que pregonaba un mensajero, que también estaba muriendo de sed y con voz ronca y sin aliento decía: -el Rey Secaron, dará la mitad de su reino, al hombre, mujer, mago o hechicero que consiga curar el pozo de agua; y evitar que la gente del pueblo muera de sed, y el pueblo desaparezca.
El rey Secaron agradecido; le dará, además, a la persona que devuelva el agua al pozo; -el título de príncipe; además de la mitad de sus tierras. Y así, lo repetía; una y otra vez:
"El Rey Secaron....y le dará......y de príncipe....". Y así, que Bartolean se acercó al palacio; y le comunicó a un guardia que él quería ver al Rey; porque él sabía, -porqué el pozo estaba seco; y como se lo podía curar inmediatamente, al escuchar esta noticia; fue llevado por los guardias, a la presencia del Rey; y cuando estuvo frente al Rey, le explicó que el sabía que el pozo estaba seco, porque en el vivía un sapo gigantesco que se tomaba toda el agua, que había sido puesto por un diablo perverso; y que la única manera, -de librarse de él, era, dándole de comer un poco de la corteza de un árbol, cuyas maderas el traía en su bolso.Y que para ello necesitaba, preparar un delicioso bocado; para usarlo como carnada para el sapo. El Rey, después de escucharlo, le creyó, por la manera convincente que Bartolean lo decía; Y entonces... ordenó preparar un gigantesco pan; al que le pusieron un poco de la corteza del árbol, que Bartolean había traído consigo, además. dentro del pan le pusieron un arpón , con una cuerda, y cuando todo estuvo listo; -todos se dirigieron al pozo de agua, -a arrojar el pan.
En el momento que estaban por arrojar dicho pan, al pozo; ya se había reunido todo el pueblo, a presenciar los preparativos; el Rey, la Reina los Príncipes, toda la corte, los guardias y todos los vasallos del pueblo; luego... le arrojaron el pan, con una cuerda; y esperaron;(Bartolean les había dicho que esperaran a que el sapo tirara de la cuerda, para sacarlo) y al cabo de pocos minutos se sintió el primer tirón pero muy débil, así que Bartolean les dijo que esperasen un poco más; pero luego se sintió que tiraba de la cuerda con más fuerza y desesperación, pero al poco tiempo se quedó quieto; ese fue el momento en que Bartolean les pidió que tiraran de la cuerda; entonces todos empezaron a tirar, todos al mismo tiempo, y él también, tubo que ayudar a la gente del pueblo, a tirar de la cuerda; porque el sapo era muy grande y muy pesado; pero al cabo de unas horas, consiguieron sacarlo.
Era un sapo descomunal, -¡muy impresionante!; como de dos metros de largo. Esa noche, todo el pueblo festejó la vuelta del agua y se celebró el nombramiento del nuevo príncipe; y le dieron los títulos de la tierra y sus dotes. Bartolean estaba muy contento de tanto agradecimiento; pero les dijo, -que se tenía que ir, al otro día; porque debía ir, en ayuda de otros pueblos, que lo necesitaban, igual que ellos. Pero que después volvería a vivir con ellos. Así fue, que al otro día, Bartolean se despidió del pueblo, y siguió su viaje.
Bartolean siguió su camino, hasta que llegó al reino del Rey Nubarrón, y al llegar vió como toda la aldea estaba triste, porque su Rey estaba ciego; y como ellos lo querían machismo; así que, sin perder mas tiempo; -se presentó en el palacio y les dijo: yo puedo curar a su Rey, de la ceguera que el tiene; pues tengo conmigo un remedio que podrá curarlo. Así, que pidió permiso, para dárselo al Rey; -y todos le dijeron que,...¡sí!...
Bartolean, entonces...,pidió, que le dejaran preparar una infusión con las hojas, que el había traí-do; para lavarle los ojos al Rey. Y así lo hicieron, y después de lavarle los ojos al Rey: - el Rey se curó. Luego, al verlo curado a su Rey, todos se sintieron muy felices; y estaban contentos y agradecidos con Bartolean; así que esa noche hicieron una gran fiesta; y en ella, el Rey le obsequió valiosas joyas y tesoros, además lo nombró caballero de honor del Rey.
Con todo... Bartolean tenía que seguir su viaje; así que se despidió de todos, dejándolos muy triste por su partida; y siguió su camino.
Luego Bartolean se dirigió hacia el reino del naciente, en donde estaba enfermo de locura, el Rey Aromo; y su esposa, la reina Gancya estaba desesperada, y el pueblo sufría con ella.
Gancya, había ofrecido una fortuna, a quien pudiera curar a su esposo, pero nadie había podido hacerlo hasta ahora. A pesar de que habían venido, médicos, hechiceros magos y curanderos de todas partes.
En esas circunstancias, se presentó Bartolean, ofreciendo sus servicios a la Reina; y le dice, que el curará al rey Aromo, si ella accedía a hacer lo que el le pida;
-ella observándolo cuidadosamente, vió en él, a un joven honesto y bondadoso; así que aceptó inmediatamente; tal vez, porque esta, era una nueva esperanza para la cura de su esposo.
Luego Bartolean le dice, que se le debe dar de beber al rey, una infusión preparada con la raíz de un árbol, cuyas raíces el traía; y el rey se curará. Y así lo hicieron, y pronto, poco después de beber la infusión,
-el rey se curó.
Y al verlo curado, todos quedaron muy con-tentos y agradecidos con Bartolean; y le obsequia-ban: vestidos, telas, joyas, etc.,etc.
Cuando terminaron los agasajos, los festejos y los regalos; Bartolean, continuó su camino hacia otro reino; queriendo ayudar a la princesa Maryliana que se encontraba petrificada, y que vivía en el reino del oeste..., y, -fue hacia allí.
Y al llegar a su reino, se hizo anunciar y llevar ante los reyes, y se presentó ante ellos diciendo: yo soy el príncipe Bartolean del reino del norte y he venido a curar a la princesa, Maryliana. Y, traigo conmigo, un remedio infalible, -les dice;
-ya con más confianza; y les aseguro, que ella se curará... Y les dice nuevamente; -perro necesito de su confianza, y de su consentimiento. Entonces los reyes, después de escucharlo, y de verlo tan sincero y tan seguro, de lo que decía; no sólo accedieron a darle su consentimiento para que él la curase, sino que además le ofrecieron la mano de su hija, si lo hacía.
Entonces, Bartolean sin decir nada, extrajo de su bolsa, una pequeña bolsita, en la que llevaba un poco del polen, de las flores del árbol Malyúmalo. Luego, sacó un poco de ese polvo, con sus dedos, y empezó a regar con el, a la princesa; ella estaba pálida y dura, pero a medida que le iba cayendo el polvo encima, se empezó a ruborizar y a mover suavemente.
Ella, estaba consciente, todo el tiempo, de lo que pasaba a su alrededor, pero no podía hablar. Hasta que por fin dijo: -¡gracias!...-¡gracias!, gracias a ti, -joven príncipe; -estoy bien...y estoy curada.
Todos gritaron, y saltaron de alegría. Mientras los padres, de la princesa, lloraban de alegría y decían: nosotros también te damos las gracias príncipe Bartolean, y te queremos entregar por esposa a nuestra hija, -si vos la aceptas.
Bartolean, consciente y respetuoso de los sentimientos y pensamientos de la princesa, -les dice: -No puedo aceptar este honor, como premio, por este acto de humanidad.
Sólo lo aceptaré, si ella también me acepta...
-entonces...La princesa Maryliana, lo miro dulce, y fijamente a los ojos. Con esos sus ojos bellos, grandes y azules; y después de envolverlo con su mirada, le dijo:
-Yo, también... te acepto por esposo, Príncipe Bartolean. -Sí, dijo Bartolean. -Gracias. Y todos aplaudieron y saltaron de alegría con la noticia.
Y aquella noche, en aquel lugar; se celebró el compromiso formal del príncipe Bartolean con la princesa Maryliana; y al otro día, se mandaron emisarios para todos lados, a dar la noticia; e invitaciones, para la boda.
Y se llevó invitación: al Rey Secaron, al Rey Nubarrón, al Rey Aromo; y también, mandaron a buscar a la madre de Bartolean; cuya viejecita, estaba triste y desconsolada; porque Bartolean, no regresaba, y porque además, había quedado sola, hacia muy poco tiempo; -porque su esposo, había muerto.
Bartolean, lloró...ese día, al enterarse de la noticia, de la muerte de su padre; pero pronto se consoló, porque tenía a su lado a la princesa Maryliana; que le estaba ofreciendo su amor, y que esperaba casarse con él;
Y así fue, pronto llegó el gran día. Y, todo el reino, estuvo de fiesta; adornado y preparado para la gran boda. La madre de Bartolean, estaba presente, y se la veía muy feliz y orgullosa de su hijo; él, también estaba contento, y muy feliz de volverla a ver.
Así que aquella noche se celebró la boda; y estaban presente todos los amigos de Bartolean; e inclusive, estaban presentes los cuatro diablos implicados, por sus bromas; porque Bartolean había tenido el sumo cuidado de nombrarlos -testigos y padrinos de su boda.
Y ellos también, después de la boda, quisie-ron obsequiarle algo a Bartolean;
y el primero, de ellos, Sequifer le dice: -a causa de lo que me haz hecho, como castigo, tendrás muchos hijos;
el segundo diablo, Tiniebler, también se le acerca y le dice:
-a causa de lo que me haz hecho, tú y tu esposa, tendrán una larga vida;
un tercer diablo llamado Locufer, mirando a los novios les dice:
-yo haré que su amor perdure, eternamente, para que no puedan separarse nunca;
...y por último, el cuarto diablo, llamado Paratifer, poco amistoso, pero contento de asistir a la boda de Bartolean y la princesa, les dice:
-yo multiplicaré sus bienes, para que no puedan disfrutar de la pobreza, y deberán vivir la vida, solo para servir y amar a su pueblo y sus amigos, eternamente.
Así fue, como, con todos esos regalos recibidos: la felicidad del cielo, les fue dada; y el tormento del infierno, les fue negado. Y luego de la boda, Bartolean, se fue de luna de miel...
Y después de la luna de miel; los novios se fueron a vivir al palacio, que Bartolean tenían en las tierras de Secaron... Y vivieron muy felices. Pues, fueron muy buenos reyes con sus súbditos, y los querían y los servían. Y ellos les correspondían, amándolos y sirviéndolos con alegría.
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