EL BASTÓN DEL GENERAL

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EL BASTÓN DEL GENERAL

(Relato-fragmento)

Llegó el marido de Teresa por la tarde y los niños se precipitaron para relatarle el hallazgo del bastón bajo las losas del vestíbulo.

Ante tanta algarabía pidió a Teresa que le enseñase ese extraño hallazgo que tanto les había impresionado..

Teresa subió a la casa. El bastón no estaba en la mesa del rincón donde ella lo había dejado. Después de que se marchasen los albañiles nadie lo había vuelto a ver.

Sorprendida ante la insólita desaparición de algo tan viejo y poco atractivo explicó detalladamente a su marido donde lo había encontrado y la poición en que estaba situado, asi como el aspecto del mango metálico oxidado, que estaba cincelado y al rasparlo y limpiarlo brillaba como si fuese oro, pero m uy viejo. La madera se veía bien que era negra.....

Una pregunta quedó en el aire:

¿Recuerdas a quien perteneció esta casa cuando se construyó?

Todos los sentidos de Teresa volaron hacia su infancia. Los recuerdos se agolparon a borbotones en su cabeza

 

-Recuerdo haber oído muchas veces que los abuelos se la compraron a la familia de un viejo general, que la edificó al volver de no sé qué país del Caribe. Vino a retirarse y a descansar a este rincón tranquilo y soleado, cerca de la ciudad que le vió nacer, rodeado de huertos de frutales y de lujo, de oro y de nostalgias, en una extraña mezcla de objetos traídos de aquellas lejanas tierras y del sencillo ambiente de campo de las nuestras.

 Contaban que aquí gastó a manos llenas sus riquezas en los años que le quedaron de vida. Ante esta puerta, los carruajes hacían cola en las noches de fiesta que organizaba.

 

El marido de Teresa asentía durante la narración y parecía ir encontrando una explicación a todo el asunto.

 

Tengo entendido que murió completamente arruinado -sugirió a Teresa- es muy posible que su orgullo no encajase con facilidad esa situación final. No sé. Tal vez celebró un último ritual simbólico. El entierro de su propio bastón de mando.

 

 

 

 

Pudo ser así -admitió Teresa- yo he visto muchas veces arriar la bandera, al atardecer, delante de Capitanía. El pudo recrear esa ceremonia: Las cuatro puertas que dan al vestíbulo como soldados firmes en un eterno adiós. El bastón, enterrado, orientado hacia occidente, hacia la puesta del sol. ¡Adiós al general!.

Todos los sentidos de Teresa volaron hacia su infancia. Los recuerdos se agolparon a borbotones en su cabeza.

 

II

Habían pasado quince años. Como tiempo atrás, el sol continuaba siendo tibio en Febrero. Todavía se preguntaba Teresa, sentada en su pequeño jardín, donde habría ido a parar el bastón de mando del viejo general después de tantos años.

Olía a tierra mojada. Era la calma espesa y sonrojada como el mosto que presagiaba el viento y la tormenta. Pronto aparecerían las nubes oscuras y desflecadas. Convenía irse ya para la casa.

Subió despacio la escalera del porche de entrada. Faltaban algunos trozos de la barandilla de entrelaza­dos de forja. Los escalones se escoraban sobre el terreno que había cedido. Teresa sintió una angustiosa sensación de proximidad en la ruina del entrañable caserón, que orgullosamente ostentaba en su fachada el rótulo de La Casa Roja.

El vestíbulo estaba en penumbra. Sobre laconso­la de mármol estaba el periódico. El diario local.

Lo cogió para leerlo en el cuarto de estar. Al abrirlo, un titular llamó su atención:

Un conocido constructor de la zona se ahorca en una casa abandonada.........

Teresa había oído hablar de la fortuna que este hombre había logrado con la construcción en las playas cercanas, empezando de la nada, con chapuzas aquí y allá.

Todo le iba saliendo bien hasta que, en su afán por destacar derrochó de tal modo que la ruina total se abatió sobre él....

¿Por qué se había ido a ahoracar en esa casa vieja y abandonada , la única que le había quedado de sus tiempos mozos?

¿Qué pasó en esos momentos por su cabeza, con las turbulencias del viento "maestral"?........................................

Relato original de Conchita Ferrando de la Lama.

- Publicado en el libro Raices de la Memoria-

Todos los derechos reservados ISBN

Debate comenzado por jaloque , en 26 Agosto 06:30
Respuestas
jaloque, Lunes, 09 de Diciembre de 2019 01:51
jaloque
"El pudo recrear esa ceremonia: Las cuatro puertas que dan al vestíbulo como soldados firmes en un eterno adiós. El bastón, enterrado, orientado hacia occidente, hacia la puesta del sol. ¡Adiós al general!.... " Cuántas veces estando en Cartagena me quedé a ver la ceremonia que cada día tiene lugar delante de Capitanía, de arriar la bandera a la hora de la puesta de sol...... Nunca la he podido presenciar en otros sitios donde he vivido....
 

 

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