CLAVES OCULTAS EN LAS SERRANILLAS DEL MARQUES DE SANTILLANA

Además de los huevos y muchas otras comidas "de siempre", un elemento tan bello como son LAS FLORES no podía faltar en la CULTURA,  el ARTE y la LITERATURA de todos los tiempos, no solo como elementos de belleza, sino también como símbolos de sentimientos... símbolos de poder e incluso de guerras, como las Rosas de los LANCASTER y los YORK, (roja y blanca) o la Guerra de Las Dos Rosas.

 Hay una época en que las flores no aparecen demasiado en las obras literarias, que es la Edad Media, a pesar de que aparecen como símbolos de los "linajes"  bordadas en algunos estandartes o grabadas en escudos de heráldica como las "flores de Lis" de los reyes de Francia.

Hoy, recordando desde las almenas de mi Torre de Sola, recordé unas "serranillas", o poemas medievales del Marqués de Santillana, D. Iñigo López de Mendoza, en que aparecen “las flores de Espinama” como protagonistas , y siempre he tenido la impresión de que "esas flores, encubridoras de amores" tenían un significado de más alcance y simbología que el mero escenario de un encuentro entre la "moza de Bores" y su enamorado porfiador, y que podría representar, ocultamente, un empeño POLÍTICO de GUERRA DE PODERES.

Os dejo aqui esa "serranilla" del Marqués de Santillana:

Mozuela de Bores... (Serranillas 4)

“Mozuela de Bores,
allá do la Lama,
púsome en amores.

Cuidé que olvidado
amor me tenía,
como quien se había
gran tiempo dexado
de tales dolores,
que más que la llama
queman amadores.

Mas vi la fermosa
de buen continente,
la cara placiente,
fresca como rosa,
de tales colores
cual nunca vi dama
nin otra, señores.

Por lo cual: —"Señora”
(le dixe), “en verdad
la vuestra beldad
saldrá desde agora
dentre estos alcores

pues merece fama
de grandes loores".

Dixo: "Caballero,
tiradvos afuera:
dejad la vaquera
pasar al otero;
ca dos labradores
me piden de Frama,
entrambos pastores".

—"Señora, pastor
seré si queredes:
mandarme podedes,
como a servidor:
mayores dulzores
será a mí la brama
que oir ruiseñores".

Así concluimos
el nuestro proceso
sin facer exceso,
e nos avenimos.
E fueron las flores
de cabe Espinama
los encubridores…”

¿Qué guerra de poderes podrían ocultar estas “serranillas”?

Acudiendo a la HISTORIA de la Edad Media, encontramos una guerra territorial entre dos linajes, que se alarga hasta el Renacimiento, en la zona que fue “las Asturias del norte” que ocupaba también gran parte de Cantabria.

Dos linajes en constante duelo por el dominio territorial,  por riquezas , prestigio ante “la corona de Castilla” y rencores.

Los Mendoza y los De La lama siempre en guerra.

Una cadena de Torres fortificadas defendía los bordes o “marcas” de la España de las invasiones moras, que no lograron traspasar el agreste y montañoso norte, tras los Picos de Europa.

Siempre el linaje De la Lama resultaba vencedor del de los Mendoza en el campo de batalla y del honor.

Una sangría de generaciones de ambas sagas familiares que nunca llegarían a una paz honrosa, salvo por un acto de traición que repugna y que es historia, ya bien entrados en la época de “los Comuneros”. Traición en que un López de Mendoza, Duque del Infantado, sorprende en su retirada al descendiente del linaje De La Lama, por la noche mientras duerme, y allí mismo, cerca de Ventanilla, lo hace decapitar para usurpar todos sus bienes y si prestigio de poder de siglos.

¿No hay una gran frustración en la “serranilla” del Marques de Santillana en su requiebro a la “mozuela de BORES, allá do La Lama”?

Bores era territorio en el Valle de Liébana de propiedad de La Lama, y esa “mozuela” que rechaza al caballero que pretende rendirla, podría significar la eterna lucha de rivalidades de ambas familias y la eterna victoria de los De La Lama sobre los Mendoza.

Ni con engaños “de ruiseñores” Allá so La Lama…

No hubo  floresta de  “encubridores” para que se aviniera la mozuela de BORES,

Siempre hubo una cuenta pendiente en la que salían perdedores los Mendoza, y siempre era un ideal imposible el territorio de “ allá do La LAMA, … CABE Espinama…”

Siempre hay un secreto bajo una sencilla composición que, con su velada fuerza, ha traspasado los siglos.

¿Pudo ser asi? ¿Puede haber una clave de poder en esta “serranilla”?

Original de Conchita Ferrando De La Lama

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