Tranquilamente, ante nuestra taza de café de la tarde, os comento lo que me pasó la otra mañana con el perro que tiene ahora uno de mis vecinos.

En la zona donde vivo, por ser arbolada, amplia y con jardines, hay muchos perros y el que uno de mis vecinos tenga el suyo no tiene nada de original.... Uno de muchos.

Es un perro bonito, alto, tipo gran danés, gris clarito con manchas.

Deduzco por su comportamiento que debe ser jovencito, y que mi vecino no tiene ni idea de manejar y controlar un perro, o sea un novato.

Yo salí de mi garaje. Abrí la puerta que se eleva con mando a distancia y avancé hacia la salida.

Alli apareció el perro, con gesto de curiosidad por ver quien salía.

Procuré no salir deprisa, por si el curioso del perro se metía debajo del coche.... cosa que no hubiese tenido gracia.

Se apartó un poco y pude salir. La cuesta abajo tan pronunciada que hay a la salida impulsba a mi coche y el perro se puso a corretear en paralelo, bajando junto al coche.

Tuve que frenar y vi que mi vecino manoteaba en lo alto de la cuesta llamando al animalito, que no le hacía el menor caso y seguía bien pegadito a mi coche.

Frenaba a cada momento porque ya el perro tomaba más confianzas e incluso se ponía delante de una de las ruedas, como jugando a ver si le pillaba.....

Empecé a pensar qué haría el irreponsable de mi vecino que no bajaba de inmediato a coger al cotilla de su perro, pero nada... seguía llamándole sin que el perro se diera por aludido.

Pensé que no duraría mucho aquel juego y que, en cuanto doblase la esquina, el animalito se iría y me dejaría conducir.

Nada de eso.... Al doblar la equina ya se puso directamente cruzado delante, mirando muy fijamente para verme bien..... y me tuve que parar en seco para no atropellarle.

Tocaba el claxon, pero ni se asuntaba ni se quitaba.... ¿Me querría adoptar ?

Arrancaba a trompicones cuando se retiraba, pero él se daba un paseito junto a mi puerta y volvía a cruzarse tan contento con el juego.

Vi por el retrovisor a mi vecino bajar de mala gana, cansado de la cuesta, y con una cara de malas pulgas tremenda.

El perro se paró un momento y yo arranqué, mientras él agarraba a malas penas al perro por el collar y le retenía mientras yo me iba a toda prisa.

Me pregunto si todavía no habrá atropellado nadie a ese bonito perro.... porque lo que es su dueño.... no se da mucha maña para controlarle y en un sitio con tantos coches.... bastante es con que los que tenemos paciencia y amor a los animales, hagamos toda clase de maniobras raras para no atropellarle, aunque tengamos muchas prisas, pero algún dia alguien va a perder el control del freno y ¡¡¡ pobre perro¡¡¡ con lo bonito y simpático que es.

También podría ser que yo le recuerde a alguien muy querido, y solo haya sido ese dia el que quería verme de cerca.....

Si le llego a abrir la puerta del coche.... seguro que se sube y se viene conmigo de paseo.

Su dueño se lo merecería, pero no hubiera estado bien.

Espero que un dia me lo encuentre cuando vaya andando, y le pueda hacer unas cuantas caricias, bien cerquita, para que se le quiten las ganas de verme a través del parabrisas del coche y me conozca  sin peligro de su integridad y de la mia.

Conchita Ferrando

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