Cierto Alvaro, nuestro perro border-collie ya no está. Murió hace unos años, de forma muy trágica que a veces todavía me pone mala de pensarlo... pero a veces los accidentes existen. Su recuerdo sigue con nosotros, y seguirá siempre.
Mi hijo, como era suyo, fue el que peor lo pasó y su trauma fue tan grande que aunque han pasado años, le cuesta volver a nuestra casa de Burgos sin que su perro esté esperando detrás de la puerta.
Mi hijo lleva en Madrid ya bastantes años viviendo y trabajando y, cuando se fue, su perro se quedó aqui con nosotros porque él no podía tenerlo en Madrid, pero cuando el accidente vino de inmediato y sufrió mucho al verlo.
En fin, son cosas que la vida a veces trae cruelmente, pero no somos los únicos que han sufrido con su perro.
Un abrazo grande.

Gracias Enrique. Valoro mucho tu comentario porque sé que te mantienes a la espectativa pendiente de nosotros para ayudarnos.
Ese perro, como cualquier otro que haya formado parte de la vida de una familia o una persona, nos dio tanta alegria, cariño y complicidad como fidelidad y defensa.
De obediencia no puedo hablar mucho, porque era difícil de educar para que obedeciera a todo, pero nos entendía casi como si pudiese hablar.
Era un "trasto", pero listo como el hambre.
Siempre con sus ojos de terciopelo atentos a cualquier cosa, a cualquier caricia, a cualquier problema.
En una ocasión que operaron a mi marido, el médico dijo que no podíamos tener un animalito en casa por el peligro de infección para mi marido si le tocaba o el perro se acercaba demasiado. Prometimos al médico que el perro no se acercaría para nada, aunque fuese tan cariñoso que siempre estaba muy junto a nosotros.
Nada más llegar a casa, le paramos en seco y le indicamos que se mantuviese a unos metros de mi marido. El pobre animal se quedó algo sorprendido, pero bastaron dos o tres veces de hacerle obedecer a rajatabla, y ya no se acercaba para nada. Se mantenía a unos metros, mirando a mi marido con todo su cariño, pero sin acercarse ni pedir caricias suyas. Asi estuvo casi un año, hasta que le pudimos autorizar a que se acercase y que mi marido le pudiese acariciar.
Le recuerdo con todo cariño, y siempre será " mi campeón".

Nunca me arrepentí de quedárnoslo, aunque a veces amenazaba (en broma) con regalarlo al primero que me lo pidiera. La verdad es que en sus primeros dias era tan, pero tan tan malo que fui a una tienda de animalitos que había cerca y les pedí que me encontrasen algún dueño para "la fiera currupia". Me preguntaron qué raza era.... y como el perro había sido regalado a mi hijo por una amiga.... les dije que debía ser mezcla de "panda y lobo estepario", jajaja. Claro con esas señas no apareció ningún candidato y pasó el tiempo. Mucho después, cuando ya se curó de las perforaciones intestinales que se hizo "devorando" su cesto de juncos-cunita, un veterinario nos dijo que era de una raza poco común, y que por el paladar tan negro debía ser "pura raza" ( de Demonio de Tasmania-pensé yo). Indagando por curiosidad, resultó que el "bicho" era de raza "border collie", como el perro de la peli "Babe el cerdito". Son inteligentísimos y no hay muchos tan bellos como era el nuestro.
Una tarde que le llevamos a vacunar (ya tenía 6 meses) en el veterinario se nos acercó un señor y nos preguntó sobre nuestro perro. Nos dijo que él había tenido en su finca uno casi igual y que jamás había encontrado otro igual tan valiente e inteligente.... Me quedé flipando de que nuestro perro pudiera ser asi.... De pronto me dijo. "Si me lo venden, se lo compro ahora mismo". Yo me quedé tan cortada que no sabía ni dónde mirar. El señor añadió: " Le podría dar 600.000 pts" (actuales 3.600 €uros). Nos os imaginais mi sustoooo. Debía estar delante de un loco... y tal vez peligroso... asi que le dije muy amablemente que NO LO QUERÍA VENDER, GRACIAS. El señor se fue y cuando entramos a vacunar al perro se lo conté al veterinario. ¡¡Se echaba las manos a la cabeza!! Conocía a ese señor y estaba seguro de que su oferta eras en serio, y que el perro lo valía. Tenía una gran finca alli cerca y seguro que nuestro perro le había "enamorado"..... Bueno.... creo que mi hijo tampoco hubiese querido que lo vendiese, de modo que no me arrepentí de mi "tonteria", y mi perro me lo agradeció siendo siempre el más fiel y cariñoso animal del planeta, aunque siempre fuese un poco "gremli" como decía mi hijo...
Conchita