En Liébana hay una Torre
y en esa Torre una Dama,
que soñando con un FARO
se asomaba a la ventana...
Surcó los mares profundos,
escaló grandes montañas,
y siempre voló a su Torre,
el suspiro de su alma........
Desde esa "Torre de SOLA"
hasta mi "Faro del Fin del Mundo"
me acompañaron mis amigos,
mis caballeros,
y ,desde el Faro, los sueños
nublaron nuestros caminos,
aunque ni nieblas ni olas
torcerán nuestro destino,
sobreviven los recuerdos
que allí quedaron escritos........
.Original de Jaloque Creaciones.
Todos los derechos reservados
(imagen creada por Koanti)
Sin la torre
y con la nieve...
Imagino lo que estas pasando allá en Madrid... Para mí,Conchita,eso es una añoranza del 95, el ver la nieve en copos caer suave acampañando nuestros sueños...es toda una novedad el tener el frio como abrigo y los pinos y los abetos en el campo, deben estar entumecidos, pero siendo fuertes en su medio..
Álvaro
Y ese faro tan lejano,
que se posa en nuestras sienes,
Sin la dama, sin la torre,
se queda a solas con la bruma..
Y se cuelan, sin oidos,
voces que cantan ausencias,
para saber que nos tuvimos,
sin apenas causar esfuerzo...
Y así,los sueños,
del caballero,
se han impregnado,
en esos muros...
en el fin del Mundo.
Saludos, Conchita,
Desde el Centro del Mundo.
Si, el término es valido, ababol es una forma de llamar las amapolas pero de forma masculina. Además en forma figurada es, una persona distraída y abobada; debe ser por el color tan vital como tu lo llamas a la intensidad del color de las amapolas.
Y siempre acompañaran la visión de aquella dama desde la ventana.
Abrazos.
Diego.
Hola, Conchita.
Hay que seguir asomandose a la ventana, allí estará el faro -no nublado- con cielo claro, para que veas todo el horizonte, y no estarás sola en la torre. Al igual que Kistila te diria que escuches el viento, escucharas las notas lejanas de una flauta encantada,te llevara a los recuerdos hermosos.
Ten algo con que otear, de pronto debes volar y salir al encuentro de naves que te lleve a otros cielos.
Diego.
Cierto que a menudo el corazón se siente tan solo arriba de la torre, arriba del faro...
pero a lo lejos ya veras un buen día llegar: el caminante, el velero solitario...
Oteando el horizonte no te olvides de mirar el discurrir de las estaciones, y escucha lo que te cuenta el viento...
Y ¡sigue escribiendo!... botellas al mar, pétalos en el viento...