Hola querida Isabel.
Aqui estoy, de madrugada para no variar, delante de la pantallita luminosa y blanca.
He estado fuera casi un mes, con muchos problemas personales, y apenas podía entrar al ordenador de mi hijo, porque en Madrid solo hay uno, que es donde él trabaja.
He salido bastante durante esos dias, pues calmaba así los nervios de no tener mis cosas de casa. He hecho muy buen tiempo, y eso me gustaba, pero mis rutinas favoritas han estado muy olvidadas y me sentía como extraña sin ellas.
La inspiración, en esas circunstancias, emigra totalmente y no quiero ni pensar que hubiese tenido alguna obligación responsable de hacer algunos trabajos, como las que tenía cuando escribía para los periódicos. Este tiempo ya no se parece en nada a aquellos. Los añoro mucho.
Te espero cuando puedas de madrugada, para darnos un abrazo de letras desde nuestros ordenadores.

Me hubiese gustado poder tener alguna de esas manías estrambóticas.... A lo mejor me habría inspirado más o me habría hecho famosa, pero la verdad es que para mi lo de escribir es simplemente ponerme ante la "hoja en blanco" (actualmente pantallita del PC), y dejar que mi pensamiento maneje las teclas y vuele.
Hubo una época, hace tiempo cuando no había ordenadores caseros, que yo escribía a máquina ( una monería de máquina muy femenina con su estuche y todo ). Como era mi etapa de Corresponsal de prensa y tenía que entregar las entrevistas, artículos etc... con tiempo límite, solía escribir por la noche.
Cuando ya mi hijo quedaba acostado no muy tarde, para ir al dia siguiente al colegio, y mi marido se acostaba porque tenía que madrugar para ir a su empresa, yo abría mi maquina de escribir y me ponía como loca a teclear todos los trabajos que debía entregar en dias siguientes. Las Entrevistas primero las grababa (para evitar problemas con los entrevistados); luego las pasaba a una libreta donde entresacaba lo que me parecía más impactante, subrayaba, elegía titulares, aliminaba hasta encajar el texto en una página entera o página y media del periódico, y trás todo esto ya lo pasaba a máquina. Todo lo demás salía casi directo a la máquina, de unas pocas notas con datos, porque había que ser rápida y no me podía quedar toda la noche. El sistema era perfecto.... si no fuera porque tenía mi pequeña zona de "despachito" en un lado del dormitorio ( era grande y con dos zonas... pero el ruido no entiende de zonas) El tecleteo al escribir se oía y mi marido, aunque sumamente sufrido y comprensivo, a veces se tenía que poner la almoada sobre la cabeza para dormir.
Yo me concentraba tanto que no me daba ni cuenta....
Cuando nos cambiamos de ciudad y de casa, lo primero que pedí fue un pequeño despacho independiente donde pudiese teclear todo lo necesario sin desvelar a nadie...
Asi fue.... tuve y tengo mi despacho independiente... pero mire usted por donde, entonces salieron los ordenadores personales, que ya no hacen casi ruido los teclados... o sea que... seguí escribiendo por las noches, con ese silencio que tanto me relaja, pero sin molestar a nadie de la familia y sin recibir constantes "reprimendas" por las altas horas de la madrugada que se hacían escribiendo totalmente abstraida y pasándolo bomba....
Se podría decir que tengo una manía como escritora: Que soy noctámbula y que se me va el tiempo sin sentir y me dan "las claras del dia". Ahhh y sin tomar ni un café ni nada, que no hay tiempo que perder....