Debería decir Paris?
No, ahora ya no.
Paris quedará siempre , como el mensajero que llegó con la primera luz del alba,.
Sabemos sobre todo, cosas sobre nosotros mismos, que por tanto ver hacia afuera dejamos sin mirar hacia nuestro interior.
Ahora son como ver venir una ola gigante desde la orilla y cogerse fuertemente , sabiendo que en pocos segundos vamos a ser arrollados por esa gran ola.
Hay que mantener la calma y la respiración bajo esa gran montaña de agua; bucear bajo ella, sintiendo como va pasando , pero sin que nos ahogue con su fuerza.
Algunas veces, de madrugada, pienso en la atracción que tiene el mar y me imagino cediendo a esa atracción, pero sin riesgo, para nadar hacia el fondo de algas y pececillos plateados, rojos, negros o azules, que nos ven a su alrededor como extraños enormes que se deslizan en silencio, dejando sus cuerpos flotar entre el agua y el coral del fondo.
Yo sueño esas cosas muchas veces, y son el fruto de sentimientos cargados de sensaciones casi físicas, que no me sé explicar, pero que brotan cuando dejo la mente a su libre voluntad
Me siento protegida, pero libre en ellos.
Quiero seguir teniendo mis sueños, poder recordar más cosas sobre ellos para volver a verlas cuando esté despierta.
Jaloque