Nadie me cree cuando digo que no me gusta ir de compras, ni de trapitos, ni de nada..
Imaginaros lo que aborrezco ir a las rebajas...¡¡¡
Solo quedan cosas desemparejadas, mal colocadas, sin que te atiendan bien, sin encontrar nunca lo que buscabas, porque, o bien no hay tu talla, o bien no hay el color que quieres, o bien ha entrado en el Triángulo de las Bermudas y tienes que bucear entre trapos y trapos.
Bien, pues dicho lo dicho, hoy fui a las rebajas...pero no conscientemente, que conste.
Resulta que era el ultimo día para canjear un talón de bonificacion con que te ¿obsequiaba? el Corte Ingles, si comprabas en mayo ropa de unas marcas determinadas. O sea que pagabas caro por ellas y meses después te hacian una bonificación por el importe del supuesto descuento,...... pero tenías que volver a comprar..... y de esas mismas marcas.
Yo hubiera desperdiciado el talón de la bonificación, que eran 30 Eurines, pero alguien se puso pelma para que fuera y me comprase algo para mí, que nunca quiero ir de compras y que esta vez me iba a tener que recorrer al menos la sección de marcas para canjear el talón.
Llegué. Miré: Nada de lo que veía me valía para nada.
Seguí mirando. Vi dos tops veraniegos. Uno era en crep de seda, sin manga, en fondo oscuro y estampaditos rarines en tonos rosas, muy fino.
Bueno, lo llevo a caja y lo dejo apartado
Luego una camiseta para la pisci, también estampada en rosa fuxia con muchas florecitas y un bies rosa fuxia que dejaba los hombros un poco a la vista. Lo llevo a la caja y entrego mi talón de bonificación para que me descuenten los 30 € del total.
¡Sorpresa!. Esas marcas no entran en la bonificación.
¡Dios!, con la de rato que me habia costado encontrar algo medio mono.
Decido ir a caballeros y comprar lo que sea.
Corbatas: No entran tampoco. Son complementos.
Pantalones. No sin probar y ni idea de qué color .
Al final, una camisa. ¡OTRA MÁS!
Solo hay talla en lisas, y al fin la señorita me encuentra una que tiene unas rayitas menos vulgares que lo usual, fina y bonita.
A todo correr entrego el bono.
Bajo las escaleras para comprarme tambien los dos suetercitos y.... luces apagadas, caja vacia y nadie para que me dé mis sueters .
Me voy a casa.
Asi que hoy, tempranito, llamo al Corte Ingles para que me guarden mis dos sueters, recogerlos y pagarlos.
¡Sorpresa! Nadie sabe dónde estarán los sueters, ni si existan aún. porque..... ¡HOY empiezan las rebajas!.
Decido luchar hasta las barricadas y tener esos dos sueters.
La verdad es que ayer me daban igual, pero hoy... ¡los quiero!.
Cojo el bus y llego.
Directa a la dependienta que me los dejo ayer en la caja. Ni se acuerda.
Decido buscarlos en ese maremagnum de perchas desorganizadas.
Encuentro el de crep, pero es una talla muy pequeña ¡ uyss¡ ayer la talla que había era incluso un poco más grande que la mia, pero me quedaba bien y me la pensaba llevar aunque, según la dependienta, no habia más que uno ayer, y resulta que hoy hay uno, pero no es el mismo .
Decido mover el mundo de arriba abajo y desmantelar el Corte Inglés.
Remuevo acá y allá. Lo dejo todo aún más desordenado que estaba. Las perchas ya se me clavan hasta en un ojo... pero.. ¡al fin! debajo de unas chaquetas de invierno, aparece en su perchita, tal como estaba cuando yo lo vi ayer...pero doscientos metros más lejos.
Le digo a la dependienta que lo guarde en la caja fuerte.
Ya no me hacía falta la camisetita estampada en flores fuxia, pero he cogido carrerilla y me pongo a buscarla. Esa aparece antes.
La abrazo y ¡a la caja!.
De camino veo a una señora con una batita de lenceria de verano, en piqué blanco con un estampado en azules rarillo que me recuerda algo....
¡Claro! es el mismo estampado del camisón que me compré en Santander hace dos meses.
Voy acumulando cosas en los brazos. Casi arranco del perchero la batita de mi talla y la llevo a un espejo. Allí dejo todo en el suelo y me la pruebo, porque los probadores tienen una cola como un cine en noche de estreno.
¡Al fin!. Ya me iba a pagar la batita también.... pero descubro en uno de los expositores un sueter blanco, de hilo, con manga al codo , con un estampadito muy ligero, y unos bordaditos de fiesta, en nácar, nada recargado, también en tonos rosados.
¡Ayy que me lo tengo que llevar!.
Lo cojo y me lo pruebo encima de la blusa , en medio del pasillo. Total que más da.
Al ir a pagar resulta que le falta la etiqueta, el codigo de barras o lo que sea.
NADIE sabe lo que cuesta.
¡Yo lo quiero!
La dependienta queda en reservarlo ( en la caja fuerte )
y preguntar a otro centro por el código de barras para saber lo que cuesta.
Yo tendré que llamar todos los días hasta que ella logre enterarse.
Y todo por un jersecito de hilo blanco que no sé si me pondré algún día, porque es de vestir y.... ahora yo no voy a ningún sitio .... ¡madre mia! ¿esto qué es?
¿Me ha dado el síndrome de las rebajas?
Eso lo desconocia.
De todos modos, le di marcha a la tarjeta.
Ya en casa decidí probarme los dos top, o sueters o lo que fueran y les pareció a todos que me sentaban de dulce... aunque el de flores fuxia se ajustaba mucho, pero ya les dije yo "¡ claro que marca mucho! que para eso tengo unas "pupus" que ya las quiesieran muchas! "
No sirvió de gran cosa, porque la censura siguió con que marca mucho, pero no lo pienso cambiar.
Texto original de Jaloque