Hoy ha sido un día en que creo que he vuelto a nacer.
Ha sido esta mañana cuando volvía del centro de tomar mi aperitivo de sábado con el grupo de amigos. Llegaba a casa y paré en la panadería, como siempre para coger el pan. Lo compré y fui al paso cebra para cruzar y subir ya la cuesta para casa.
Es un paso cebra importante porque va al ambulatorio y a dos bancos y siempre hay gente, aparte de tener la parada del autobús alli mismo y la gente se baja y va a cruzar por alli.
Yo nunca cruzo sin esperar a ver qué hace el coche que venga cerca, para tener seguro que me ve y frena.
Asi lo hice. Venía un coche por la calzada de dos carriles y vi que frenaba. Empecé a cruzar y vi que un poco más atrás de ese coche venía en paralelo otro color rojo. Lo preceptivo es que LOS DOS coches frenasen y me dejasen el paso cebra para cruzar yo, pues alli tenía preferencia total.
Empecé a cruzar por delante del primero que había visto frenar, pero algo me hizo pararme en seco al ver el otro coche, el rojo, que no frenaba y venía muy deprisa. La lógica me decía que el coche rojo había visto frenar al otro y que me tenía que ver a mi, o al menos imaginar que el otro frenaba en un paso cebra porque había un peatón cruzando.... NADA... Siguió sin frenar y me pasó casi rozando la muy criminal.
Era una mujer ( una vergüenza para el género femenino). Me vio el gesto que hice de estupor cuando me sobrepasó y siguió tan campante.
El del otro coche se echó las manos a la cabeza por lo que había podido pasar si yo no me llego a parar a medio paso de cebra.... Me hubiese atropellado a toda velocidad y me hubiese matado con toda seguridad.
Intenté volver la cabeza para ver la matrícula, pero ya iba lejos y yo casi no veía del susto. Además no tenia ni papel a mano ni boli para apuntarla.
Solo me quedó el susto tremendo y la seguridad de haber vuelto a nacer.
El coche rojo que esa mujer conducía espero que algún dia le de su merecido a ella misma.
¡Gracias querido Angel de la guarda...!
La educación en la carretera brilla por su ausencia y es verdad porqué pocos son los responsables de la circulación. Yo nunca conducÃ, pero sà he viajado mucho al lado del conductor y he podido observar cosas imprudentes como para matar o matarse. De hecho mi hermano e.p.d. murió por una falta de imprudencia cuando solo tenÃa 36 años, dejando a un hijo de 14 meses.
Volviste a nacer y esto es lo que importa amiga jaloque.
Un beso.