El lamento procedía de un
claro en el bosque de abedules. Podía confundirse con el viento de
otoño entre las ramas, pero no. Era una bellísima Amanita muscaria,
caída entre las hojas secas, quien lloraba amargamente. Ni el
resplandeciente color escarlata de su sombrero, ni la blancura de sus
laminillas radiales bajo el mismo, ni la tesura de su talo, bastaban
para hacerla feliz. Algo terrible le había ocurrido.
-"Alguien ha cambiado el cuento -se quejaba-
ya ahora estoy aquí, abandonada, mientras Alicia corre por los caminos
de detrás del espejo, mordisqueando trocitos de mi carne, creciendo y
creciendo por encima de los abetos, o encogiéndose hasta desaparecer
entre las flores del prado, persiguiendo a ese absurdo Conejo Blanco,
sin saber que soy yo, la Oropéndola loca, quien llena de vértigo y
aventura su historia".
Lloraba y lloraba la Amanita y, cuanto
más se quejaba, más roja y luminosa aparecía su pamela, inundando el
bosque con su luz.
-"Si al menos, alguien le dijera a la Oruga
que fuma en pipa que avise a Alicia... Hay que devolverme al cuento
porque si no, cuando aparezca la Reina de Corazones dirá: ¡Que le
corten la cabeza al intruso que ha cambiado la historia".
Entre las copas de los árboles
aparecieron unos enormes cristales redondos enmarcando unos ojos
malhumorados, y una voz alterada concedió:
-"¡Está bien "matamoscas"! Deja ya
de gimotear. El Conejo Blanco llevará un ramo de flores blancas
mágicas, y Alicia encontrará a la Oruga fumando su pipa sentada sobre
tu hongo. ¡A ver cómo te las arreglas para dosificar tus efectos
maravillosos y sacarla del lío en que se va a meter!" Y dicho esto
desapareció.
(Seguramente Lewis Carrol tampoco estaba muy seguro
de cómo sacar a Alicia de allí sin revelar ciertos secretos valiosos
acerca de los enteógenos). En la primera versión, Alicia olfatea las
flores blancas cuando se le caen al Conejo (alucinógenas),
posteriormente "autocensurada" para evitar complicaciones
sustituyendo el autor las flores por los guantes blancos del Conejo.
Conchita Ferrando de La Lama
Miembro de la Asociación Nacional de Escritores |